lunes

Ganadores concurso 1000 caminos.

Relato ganador del concurso 1000caminos 2015.

EL RAYO VERDE
Por Alexandre Pereira


Llegué a Fisterra una tarde del mes de agosto. El pueblo estaba lleno de vida, de voces, de sonrisas, de color. Tras acomodarme en el albergue me dediqué a recorrer el lugar. Visité el imponente castillo de San Carlos y la ermita de san Guillermo, paré en una taberna para tomar una cerveza bien fresca y charlar con dos marineros que custodiaban su esquina de la barra como un portero custodia su portería. Las horas pasaron entre historias de pesca, de tormentas en alta mar, de puertos exóticos y mujeres misteriosas. Reímos y cantamos, bebimos varias cervezas y ese día dormí el sueño de los justos tras 22 días de camino. Al día siguiente descansé porque mis pies y mis piernas pedían una tregua. Cuando el sol empezó su descenso hacia el ocaso caminé hacia el Cabo. Los atardeceres de verano tienen algo mágico. El mar se transforma en oro líquido salpicado de pequeñas lanchas a motor que lentamente, como si acariciaran un infinito manto de luz, regresan al puerto. Los agrestes acantilados conviven con playas de arenas blancas, el verde salvaje se entremezcla con el blanco de las olas. El camino hasta el Cabo estaba transitado: coches, autobuses, peregrinos, gente del pueblo. Bicicletas, motos, caballos. El lugar estaba abarrotado, mucha gente sentada en las rocas admiraba una de las más hermosas puestas de sol del mundo. Yo encontré sitio en el lado derecho del faro, me senté en el suelo esperando, en silencio, el momento que llevaba esperando toda mi vida: ver el rayo verde. Sabía que las probabilidades de verlo eran escasas pero estaba convencido de que ese era el día. Desde los trece años, edad a la que leí la novela de Julio Verne "El Rayo Verde", había intentado observar ese esquivo y bello fenómeno óptico. Verne describió el color como "...un verde que ningún artista podría jamás obtener en su paleta, un verde del cual ni los variados tintes de la vegetación ni los tonos del más limpio mar podrían nunca producir un igual! Si hay un verde en el Paraíso, no puede ser salvo de este tono, que muy seguramente es el verdadero verde de la Esperanza!" ¿Quién no querría ver algo semejante? Veinte años esperando mi momento, mi oportunidad y sabía, sentía, que Fisterra era el lugar indicado para ver tal maravilla. El cielo estaba despejado, el mar calmo, la mitad del disco solar ya había desaparecido. Faltaba poco. A mi lado algo se movió. Me giré para ver como una chica pelirroja y pecosa se sentaba a mi lado. Volví a centrarme en el sol. Faltaban unos minutos. La chica empezó a hablar: - Es precioso ¿verdad? - sí - respondí secamente. - Espectacular - añadió - aunque lo realmente espectacular sería ver el "Rayon vert". Es algo que siempre he querido ver, ¿sabes? Me giré para explicarle que estaba allí por ese preciso motivo pero al mirarla a los ojos otras palabras salieron de mi boca: - La leyenda dice si dos personas lo ven a la vez se enamorarán la una de la otra. El rayo verde es un momento mágico, es el momento en el que dos personas descubren el amor a la vez. - Eso decía Verne en el libro. Por cierto, me llamo Elena - Yo soy Julio. Hablamos durante horas hasta que se hizo de noche y empezó a hacer frío. Aquella tarde, en el faro de Fisterra, empecé a caminar otro sendero, esta vez acompañado. Por cierto, ¿os he dicho que los ojos de Elena son verdes?.


Fotografía ganadora:

Camino de sentimientos. Manuel Blanco Suarez.